Bienvenidos

HECHOS 20:24

No me preocupa si tengo que morir. Lo que sí quiero es tener la satisfacción de haber anunciado la buena noticia del amor de Dios, así lo ordeno El Señor.

domingo, 2 de septiembre de 2012

El Tesoro Escondido



LA PARÁBOLA DEL TESORO ESCONDIDO

 En Mateo 13:44 que dice así:  “Además el reino de los cielos es semejante al tesoro escondido en el campo; el cual hallado, el hombre lo encubre , y de gozo de ellos va y vende todo lo que tiene y compra aquel campo”.


Hemos dicho en otras ocasiones, que el “reino de los  cielos”  que  mencionan  las  parábolas,  no  se refiere a la expansión de gloria donde habita el Supremo.    Cuando  leemos  en  las  parábolas:  “El reino de los cielos” entendemos que se refiere al evangelio del reino, como se puede comprobar leyendo Mateo 4:17 y 23.  De manera entonces que el evangelio del reino es semejante a un Tesoro escondido en el campo.

Nuestro Divino Maestro lo comparó con un tesoro, por el valor incalculable que tiene el Evangelio de Salvación.   No hay nada en el mundo que tenga valor semejante al Mensaje de la Redención, y a la Sabiduría de Dios.

Dice en Proverbios 8:11 “Porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas y todas las cosas que se pueden desear no son de compararse con ella”.

El Evangelio encierra el tesoro mismo de Dios, porque en él está la gema de su amor, el rubí de la Sangre de Cristo, la esmeralda de la esperanza eterna, el zafiro de su misericordia y el carbunclo de sus conmiseraciones, y cuantas otras virtudes más encerradas en ese precioso estuche del Bendito Evangelio de Jehová Dios.

Pero de igual manera, como los tesoros están escondidos en el seno de la tierra para que no sean estropeados por las bestias y los cerdos, de igual manera dice la parábola que este tesoro está escondido en el campo.

Desde luego que esto no quiere decir que nosotros ingenuamente  pensemos  que  el  Evangelio  o  la Iglesia del Señor Jesucristo haya estado o esté escondido en algún campo o en algún bosque, como alguien podría pensar leyendo el Salmo 132:6 en donde dice:   “He aquí Ephrata oímos de ella hallámosla en los campos del bosque”.

Aquí no viene hablando del Evangelio ni de la Iglesia, viene hablando del Arca de Jehová en el tiempo de David.  De manera entonces que aunque diga que el tesoro de Dios en su evangelio esté escondido en el campo, repetimos, esto no quiere decir que esté oculto en algún lugar de la tierra, ya que Jesucristo jamás trató de que se ocultase su Iglesia  o  su  Evangelio,  pues  él  decía  en  Mateo 10:27 “Lo que os digo en tinieblas decidlo en la luz y lo que oís al oído predicadlo desde los terrados”.

Y en Mateo 5:15 “Ni se enciende una lámpara y se pone debajo de un almud, más sobre el candelero y alumbra a todos los que están en casa”.  De manera entonces que según la Escritura, la iglesia no se escondería, porque decía la parábola que este tesoro está escondido en el campo.  La respuesta a esta pregunta la encontramos en Mateo 11:25 en donde dice:   “En aquel tiempo respondiendo Jesús dijo: Te alabo Padre, Señor del cielo y de la tierra, que hayas escondido estas cosas de los sabios y de los entendidos y las hayas revelado a los niños”.


He aquí donde ha colocado Jehová las perlas preciosas de su sabiduría en el corazón de los humildes,  de  aquellos  que  se  han  convertido  en unos niños en la novedad de vida.   Es allí donde está escondido el tesoro del Señor, como dice también Isaías 57:15 “Porque así dijo el alto y sublime el que habita la Eternidad y cuyo nombre es el Santo, yo habito en la altura y la Santidad y CON EL  QUEBRANTADO  Y  HUMILDE  DE ESPÍRITU, para hacer vivir el espíritu de los humildes y para vivificar el corazón de los quebrantados”.

El campo según Mateo 13:38 es el mundo.   Y estos hombres temerosos están en el mundo, pues oídlo bien, no participando del pecado del mundo, sino simplemente están viviendo en esta tierra, en este mundo, por cuanto son seres físicos, cumpliéndose así la oración dulcísima del Señor Jesucristo escrita en Juan 17:15 “No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal”.

Luego entonces en medio de esta humanidad pecadora  se  encuentran  los  verdaderos  hijos  de Dios, los que en realidad son temerosos, los que le aman y guardan sus mandamientos.  Tenemos un ejemplo evidente en 2ª. Pedro 2:8 en donde dice así: “Porque  este  justo  con  ver  y  oír  morando  entre ellos, afligía cada día su alma justa, con los hechos de aquellos injustos”.

Para que creamos en el Señor, es necesario que la enseñanza que recibamos emane de la Palabra de Dios. No debemos dejarnos llevar por la apariencia del mundo, aún que el aspecto religioso. No es porque el predicador sea extranjero, o tenga títulos de Reverendo, Teólogo u otros, no, se trata que la enseñanza venga de la Palabra de Dios, sin importar que quien la transmita sea un hombre pobre o rico, letrado o intelectual, si es hombre de Dios y habla conforme  a  la  Palabra  digamos  Amén.  1ª.  Pedro
4:11 “si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios...”  Juan 7:24 dice: “No juzguéis lo que parece, más juzgad justo juicio.

Dijo el Señor en Juan 14:23 “Respondió Jesús y díjole:  El que me ama, mi palabra guardará y mi Padre le amará y vendremos a él y haremos con él morada”.  Luego entonces el que guarda la palabra es aquel que verdaderamente la lleva en su corazón.

Continúa diciendo la parábola de Mateo 13:44 “El reino de los cielos es semejante al tesoro escondido en el campo, el cual hallado el hombre lo encubre”. Para ser hallado este tesoro, es menester buscarlo, Proverbios 15:14 “El corazón entendido busca la sabiduría”.  Usted amigo debe ser entendido y debe buscar con ahínco el tesoro que le puede hacer rico en Dios, dice Proverbios 13:15 “Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría y que obtiene la inteligencia.  Porque su mercadería es mejor que la mercadería de la plata y sus frutos más que el oro fino.  Más preciosa es que las piedras preciosas y todo lo que se puede desear no se puede comparar a ella”.

Todos  los  humanos  buscan  con  afán  la  riqueza física, hacen aún hasta lo imposible con el objeto de adquirir grandes capitales, no obstante muy pocos son los que tienden más allá su mirada buscando el tesoro de Dios.
Abrazar el Evangelio del Reino, no significa simplemente cambiar de religión, aceptar y convertirse al Evangelio de verdad significa adquirir una riqueza como dice el libro de Proverbios 13:7 “Hay quienes se hacen pobres y tienen muchas riquezas”.  Y esas riquezas son las virtudes de Dios en esta vida y las promesas de Dios en la vida que viene.

Y continúa la parábola diciendo que el hombre que halla el tesoro, lo encubre.  Esto es una verdad que hemos visto muchas veces, al que encontró un cofre del tiempo de los bisabuelos, lo esconde, lo encubre para que el ladrón no lo hurte y le deje sin nada. Semejante debe hacer aquel que ha encontrado el tesoro de Dios en su infinito evangelio.   Debe encubrirlo y guardarlo, cuidarlo como dice Proverbios 7:1 “Hijo mío, guarda mis razones, y encierra contigo mis mandamientos, y mi ley como las niñas de tus ojos”.

Semejante cuidado debe tener el que ha llegado a adquirir  este  sublime  tesoro,  no  debe  confiarse porque  el  robador  espiritual  que  es  el  demonio puede hacerle perdidizo semejante tesoro con sus hechizos como dice Mateo 13:19 “Viene el malo y arrebátale que fue sembrado en su corazón”. Guardemos nuestra espiritualidad y Fe con mucho cuidado y velemos para que como dice Pablo en 1ª. Corintios 10:12 “Así el que piensa estar firme, mire no caiga”.

Y continúa diciendo la parábola “Y de gozo de ella va y vende todo lo que tiene”.  ¿Qué es lo que tiene el individuo antes de aceptar el evangelio del Cristo de Israel?.  Solo vicios y malas costumbres, pues estas tiene que venderlas, en otras palabras quiere decir:  que tiene que despojarse de ellas, como dice Pablo en Filipenses 3:7 “Si tú quieres verdaderamente aceptar el Evangelio del Señor, véndele al mundo lo malo que tengas, despójate de todo ello y si acaso tú has visto alguno llamándose evangélico y sigue con sus mismas costumbres y vicios, esto no quiere decir que pierda su valor y su riqueza,  el  Santo  Evangelio  de  Dios,  recuerda  a cada quien que se le dará conforme sus obras.

Y la última parte de la parábola dice:    “Y compra aquel campo”, ¿qué es lo que vamos a comprar?, lo que dice Proverbios 23:23 “Compra la verdad y no la vendas”.   La sabiduría, la enseñanza y la inteligencia es lo que vamos a comprar, pero como dice Isaías 55:1 “A todos los sedientos: venid a las aguas, y los que no tienen dinero, comprar y comed, venid y comprad sin dinero y sin precio”.


Lo que es de Dios no se compra, tú no debes pagar cada sermón que escuches, no, no es con dinero con lo que vas a conseguir la virtud de Dios, hubo un hombre que así pensó, dice el libro de Hechos 8:18- 20 “Y como vio Simón, que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero diciendo:   Dadme también a mí esta potestad.  Entonces Pedro le dijo:  tu dinero perezca contigo, que piensas que el don de Dios se gana por dinero”; Ahora por mi parte NO pagar conciertos para ir a alabar a Dios umm analizalo tú.

Tú debes comprar el don de Dios con arrepentimiento,  con  tu  conversión,  tu  sacrificio, con tu abnegación, hazlo así querido amigo y hermanoo y serás rico en Dios.


                                               !!!Demos Gracias al Padre por su Palabra¡¡¡



De mi parte Dios les bendiga grandemente y  El Todopoderoso les de Su Santo Espiritu y les conceda la Paz

Iglesia de Dios/Gamaliel Estrada/http://iglesiadedios7diadoctrina.blogspot.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario