“LOS
MANDAMIENTOS DE CRISTO”
Mucho se habla de la gracia de Cristo y poco, casi nada
de los MANDAMIENTOS DE CRISTO, ¿cuál es la razón?. Porque algunos capítulos de los apóstoles explican detalladamente
en qué consiste la gracia, esto
aparentemente hace creer que LO UNO ha eliminado LO
OTRO.
Los novatos en el conocimiento
de la
Palabra de Dios
interpretan en esta forma cuando leen Hebreos 8:13
“...Diciendo, nuevo pacto, dio por viejo al primero; y lo que es dado por
viejo se envejece,
cerca está
de desvanecerse”.
Ciertamente el pasaje de referencia habla de la caducación de ALGO. ¿Pero
cuál es ese algo? NO DICE EL PASAJE EN NINGUNA DE SUS EXPRESIONES
que sean LOS
MANDAMIENTOS, a lo que se refiere y dice con toda claridad es AL PRIMER PACTO.
¿Qué se quiere decir con EL PRIMER
PACTO?. Fue el convenio entre Jehová Dios y el pueblo de Israel cuando los sacó de la tierra de Egipto, para constatar
que es así, lea por favor Hebreos
8:9 “...No como el pacto que hice con sus padres el
día que los tomé por la mano para sacarlos de la tierra de Egipto...”.
Ese convenio
fue el que CADUCO,
puesto que ahora EL DIOS ETERNO HARIA UN
NUEVO PACTO CON ISRAEL,
en cuyo nuevo pacto serían
incluidos los gentiles, así
lo explica el apóstol Pablo en Efesios 2:12-13 “...Que en aquel tiempo estabais
sin Cristo, alejados de la república de Israel, y
extranjeros a los pactos de la promesa sin esperanza y sin Dios en el mundo.
Mas AHORA
EN CRISTO JESUS, VOSOTROS QUE EN OTRO TIEMPO ESTABAIS LEJOS, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo...”.
De manera que ahora estamos viviendo
bajo
UNA NUEVA
ALIANZA, a esto se refiere Hebreos 8:13, ya no
estamos bajo EL VIEJO PACTO,
esto fue DERROGADO.
Pero ahora bien, ¿EN ESTA NUEVA ALIANZA HAY
MANDAMIENTOS QUE CUMPLIR?. No conteste
usted, ni contestaré
yo,
dejemos que sea la misma palabra de Dios
la
que nos dé la respuesta.
Para ello leeremos en Mateo
28:19-20 “...Por tanto id, y doctrinad a todos los gentiles,
bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo:
enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado...”. La respuesta es clara: SI HAY
MANDAMIENTOS QUE GUARDAR.
Jesucristo ha
dicho: QUE GUARDEN TODAS LAS
COSAS QUE OS HE MANDADO. Quiere decir que al venir Jesucristo, él
estableció MANDAMIENTOS
los cuales ES NECESARIO
GUARDAR, pues claramente hemos leído QUE GUARDEN.
Pregúntese a usted mismo: ¿estoy guardando lo que Cristo mandó?. Equivocadamente
el pastor neófito dice a su congregación que Cristo vino a deshacer los mandamientos
de Dios y que por tal razón en este tiempo del
NUEVO PACTO, que se le llama “LA GRACIA”, nada hay que GUARDAR.
Pero, ¿a quién creerle?:
¿al pastor, o a la Sagrada Escritura?. Ya hemos leído las palabras
de Cristo a los
apóstoles: “ID Y DOCTRINAD
A LOS
GENTILES” ¿qué les enseñarían a los gentiles?
QUE GUARDEN TODAS LAS COSAS QUE OS HE MANDADO.
El Pueblo de Dios siempre ha tenido mandamientos que cumplir, ¿por qué entonces
asustarnos que nosotros los
gentiles al ser incorporados debemos
cumplir
con los ¿Cómo anduvimos
cuando aun
no
habíamos conocido el evangelio?
Veamos qué
nos
dice el
apóstol
Pablo: “Que no andéis más como los otros
gentiles que andan en la vanidad
de su sentido. Teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios” (Efesios 4:17-18).
Notemos bien
que
los
gentiles
sin el conocimiento divino están ajenos de la vida de Dios. No conocen
absolutamente nada de lo relacionado con la justicia
divina. ¿Qué se hace necesario entonces? Instruirlos,
enseñarles qué es lo que Dios quiere de ellos y hemos
leído que lo que Jesús deseaba
era que los gentiles
GUARDARAN los mandamientos de él.
Por carecer de este conocimiento
es que muchas personas que han sido mal orientadas
siendo evangélicas de años, aun permanecen AJENAS DE LA
VERDADERA VIDA DE DIOS, y continúan haciendo cosas
que son del mundo, siguen prácticas
que no son aceptables por la Palabra de Dios y en cambio continúan con muchas costumbres
mundanas. Estimado lector si usted es DE LA VIDA DE DIOS, porque
si usted depende de DIOS, debe conocer lo que él quiere de usted y se ha aceptado a Cristo debe conocer las cosas que Cristo mandó GUARDAR.
Pero si hasta
esta fecha no guarda absolutamente nada, entonces ¿en qué forma puede decir que ya conoció
a Cristo?. Una cosa es conocer a Cristo de nombre y
llamarle Señor, y otra cosa es conocer a Cristo en sus propósitos. El claramente
ha dicho: “...No todo el que me dice Señor, Señor
entrará en el reino de mi Padre,
más el que hiciere la voluntad de mi Padre
que está en los cielos...” (Mateo
7:21).
Este tema de los mandamientos de Cristo, tiene infinidad de contradictores, no falta quien erróneamente arguya; que el Maestro se refería dentro del tiempo del Antiguo Pacto. Pero que cuando vino el Espíritu Santo sobre los apóstoles, que entonces quedó establecido el nuevo pacto y que a partir de esa fecha en adelante esto es lo que nos corresponde. Hay pastores que se atreven a decir que las Escrituras que deben usarse en este tiempo de la gracia es a partir de Hechos 2 a Apocalipsis. Pues por la falta de un verdadero conocimiento no solo se quiere eliminar los mandamientos de Cristo, sino que también se nulifican los primeros 43 libros de la Sagrada Escritura de Génesis a Juan. Otros en cambio sí aceptan los cuatro evangelios y rechazan los primeros 39 libros. Estos modernos predicadores mutilan la Sagrada Escritura según su particular punto de vista.
Dos cosas muy claras deben quedar en nuestra
mente:
1. Que
TODA PALABRA DE DIOS ES INSPIRADA
DIVINAMENTE y es útil para enseñar, para
redargüir y para corregir, así lo dice Pablo en 2ª. Timoteo 3:16.
Y se entiende por
Palabra de Dios
desde Génesis hasta
Apocalipsis.
2. Que el nuevo pacto quedó establecido desde la muerte de Jesucristo, así lo dice Hebreos 9:16-17 “Porque
donde hay testamente, necesario es que intervenga muerte
del testador vive.
Desde el momento en que Jesucristo derramó su sangre en la cruz del calvario,
allí
concluyó la antigua
alianza y se inició la nueva. Estando
ya
en plena vigencia el nuevo pacto, es cuando les dice a los apóstoles: “...ID Y DOCTRINAD A TODOS LOS GENTILES enseñándoles que guarden todas las cosas que OS HE MANDADO”.
Y para confirmar
que se refiere a esta
nueva
alianza, vamos a leer Hebreos 8:10 “...Por lo cual, este es el pacto que ordenaré a
la casa de Israel después
de aquellos días, dice el Señor:
daré mis leyes en el alma
de ellos y sobre el corazón de ellos las escribiré; y seré a ellos por Dios, y ellos me serán a mí por pueblo”.
Notemos bien que ANTES QUE SUPRIMIR o
eliminar dice: “DARE MIS LEYES” no
dice: QUITARE MIS LEYES...”, todo
lo contrario DARE puede
leer desde el versículo
9 al
13 y confirmará que se refiere al
establecimiento del nuevo pacto.
Haciendo una comparación de Mateo 28:19-20 con Hebreos 8:10 fácilmente se comprueba
la
vigencia de mandamientos
en este tiempo del evangelio. Si usted
estimado lector no ha estudiado detenidamente las
Escrituras,
no rechace la vigencia de los mandamientos,
porque esto sería un rasgo de soberbia y el Salmo 119:21
dice
que serán destruidos los soberbios:
“...Destruiste a los soberbios malditos, que se desvían
de
tus
mandamientos...”. Tratar de negar la existencia
de mandamientos de esta dispensación de la gracia es un
grande y grave error, pues por esta equivocación ha resultado un pueblo evangélico mediocre, semi convertido y grandemente
paganizado que lastima recibir el termino de cristiano en el. La mala explicación de la
GRACIA DE JESUCRISTO da un entendimiento negativo,
pues se cree que por el hecho de haber muerto Jesús por nosotros ya no hay problema
si volvemos
a pecar, bastará
acercarse al púlpito de una iglesia para decir que nos queremos
reconcilia, haciendo el
evangelio más fácil ahora entienda porque se llenan los templos y es porque se
le da un evangelio más simple. Estos cuadros se repiten por cientos durante el año, convirtiendo así la gracia de nuestro Señor Jesucristo en disolución, así
lo
dice Judas
1:4
“...Convirtiendo la gracia de nuestro Dios en disolución, y negando a Dios que solo es el que tiene dominio,
y a nuestro Señor Jesucristo”. A Dios y a Cristo se les niega no solamente de palabra sino de hecho, como dice en Tito
1:16 “...Profésense conocer a Dios; más con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados para
toda buena obra...”. Procuremos no ser uno de estos.
Sabemos que Pablo fue nombrado
apóstol de los gentiles y
él en
su carta a los Corintios les hace ver la importancia de la observancia de los mandamientos, leemos con todo
cuidado 1ª. Corintios 7:19 “La circuncisión nada es, y la
in circuncisión
nada es; sino la OBSERVANCIA
DE LOS MANDAMIENTOS DE DIOS”. Le pregunto hermano: ¿De
qué pacto fue ministro Pablo?
2ª. Corintios
6 da
la respuesta: “El cual asimismo nos hizo ministros suficientes de
un nuevo pacto...”. Notemos bien que es del NUEVO
PACTO
y siendo
así
está recomendando la observancia de los mandamientos de Dios.
El apóstol
Juan ratifica este mismo concepto,
leemos así en 1ª. Juan 2:3 “...Y en esto sabemos que nosotros le hemos conocido, si guardamos sus mandamientos...”. Este pasaje
no tiene evasivas de
ninguna especie, fue
escrito en el año
90 de
nuestra era, Juan fue apóstol del nuevo ministerio, y Los apóstoles estaban convencidos
que sí era NECESARIO GUARDAR
LOS
MANDAMIENTOS
QUE CRISTO CONFIRMÓ EN ESTA DISPENSACION DEL EVANGELIO. Por esta razón añade Juan en el versículo 5 “...Mas el que guarda su palabra la caridad de Dios está verdaderamente perfecta
en él, por esto sabemos
que estamos en él”. Aquí
el apóstol nos insta a GUARDAR LA PALABRA DE CRISTO porque en ella está recopilada la voluntad de Dios. Usted debe conocer esa
palabra y no debe ignorarla.
Muchos evangélicos al hablárseles de los mandamientos de Dios dicen: ¿Pero quién guarda los
mandamientos de Dios? Ninguno, contestan ellos
mismos, y añaden, muéstreme quién los guarda. Ante
esta pregunta encontramos muy clara la respuesta
en la misma Palabra
de Dios en Apocalipsis 12:16-17 “...Y la
tierra ayudó a
la
mujer, y la tierra abrió su
boca, y sorbió el río que había echado
el dragón de su boca. Entonces el dragón fue airado contra la mujer; y se fue
a hacer guerra contra los otros de la simiente de ella,
los cuales guardan LOS MANDAMIENTOS DE DIOS Y TIENEN EL TESTIMONIO DE JESUCRISTO”.
¿Se fijó bien en la lectura?
El testimonio de Jesús que es el evangelio NO ELIMINÓ la observancia
de los mandamientos de Dios, y claramente dice que la
simiente de la mujer GUARDA LOS MANDAMIENTOS. Esta
visión viene de Dios y por medio de ella Dios confirma que SI HAY GENTE QUE GUARDA
SUS
MANDAMIENTOS.
Si usted ha sido sugestionado
a no OBEDECER los
mandamientos de Dios debe rectificar porque su desobediencia
lo elimina de ser de la simiente de la
verdadera iglesia, la cual según el testimonio de Dios
guarda los mandamientos. Sea juez usted mismo: Cuál es la enseñanza de
Dios; si la que enseña a no
obedecer los mandamientos, o la que continuamente le insiste en que OBEDEZCA LOS MANDAMIENTOS DE DIOS. Usted tiene la palabra.
Ahora debemos analizar el siguiente subtítulo:
¿CUALES SON
LOS MANDAMIENTOS
DE CRISTO?
Seguramente
cuando hemos mencionado los mandamientos
en la dispensación del evangelio se habrá pensado que nos estamos
refiriendo a los 613 preceptos de la ley de Moisés. Sería incorrecto
a todas luces
referirnos a todos los 613 preceptos,
puesto que muchos de estos mandamientos fueron parciales y para cumplirse en el
territorio de Palestina, especialmente los relacionados
con
el santuario y su culto, así como las leyes penales y leyes sacerdotales, etc...
¿A qué mandamientos se refieren los apóstoles cuando hacen mención de ellos? Naturalmente
qué debían referirse a muchos de los mandamientos dados por
Dios
al pueblo hebreo y a otros
más que el Señor declaró cuando estuvo en la tierra, y a los que el Espíritu Santo dio por medio de los apóstoles.
Muchas personas quieren encontrar en los evangelios y epístolas una lista detallada
de todos los mandamientos, y como no la encuentran a su gusto, entonces
piensan que no existen mandamientos
de ninguna clase.
Para iniciar la mención de ellos recordemos lo que dijo Jesucristo: “ID Y ENSEÑAD A LOS GENTILES TODAS LAS COSAS QUE YO OS HE MANDADO...” (Mateo 28:19-20).
Veamos primeramente los MANDAMIENTOS MORALES que Jesús confirmó para esta dispensación del evangelio
Leemos así en Mateo 5:21 “...Oíste
que fue dicho a los antiguos:
no
matarás;
más cualquiera que matare será culpado del juicio”. Notemos primeramente que aquí Jesús se está refiriendo a uno de esos 613 preceptos. Al mandamiento de “NO MATAR” que por cierto es el sexto mandamiento de los escritos en las tablas de piedra. Ahora bien, ¿qué hace Jesús con ese sexto mandamiento?
más cualquiera que matare será culpado del juicio”. Notemos primeramente que aquí Jesús se está refiriendo a uno de esos 613 preceptos. Al mandamiento de “NO MATAR” que por cierto es el sexto mandamiento de los escritos en las tablas de piedra. Ahora bien, ¿qué hace Jesús con ese sexto mandamiento?
No solo está prohibido el matar de hecho, el MANDAMIENTO DE LA GRACIA ordena al cristiano la violación de este mandamiento en la intención del corazón y Jesús lo explica desde su raíz, puesto que para matar a una persona necesario es que intervenga EL ENOJO, Y EL INSULTO. En el tiempo del antiguo pacto, la prohibición consistía en el hecho, es decir en el acto de privar la vida a una persona y esto con algunas excepciones, pues en el antiguo pacto la ley permitía matar al ladrón cuando era sorprendido de noche (Éxodo 22:2) así mismo la ley también permitía matar al enemigo en la guerra (Deuteronomio 20). De manera que Jesús confirmó en esta parte tres citas de las Escrituras del Antiguo Pacto, ….léalas por favor:
1. Éxodo
21:12 “...El que hiriere
a alguno,
haciéndole así morir, él morirá...”;
2.
Levítico 24:17
“Asimismo
el hombre que hiere de muerte a cualquiera
persona que sufra la muerte”;
3. Éxodo 20:13 “...No matarás”.
Estas tres citas están confirmadas en
esta dispensación del evangelio y más aún magnificadas
para una conciencia recta, la cual no debe permitir NO SOLO ACCIONES MALAS, SINO SOBRE
TODO INTENCIONES MALAS.
Este
es uno de los mandamientos
de Cristo que debemos guardar, a esto se refería
el Maestro cuando decía:
“...Id y enseñad
a los gentiles que guarden
todas las cosas que os
he mandado”.
¿Está guardando
este mandamiento? Posiblemente una mala predicción lo ha confundido y no está obedeciendo
este mandamiento tan espiritual.
¿Tiene odio en contra de una persona? AUTOANALICE y
reconozca que si ha dado lugar a estas cosas no está
cumpliendo lo de Cristo.
Otro mandamiento
lo encontramos en Mateo 5:27 y 28
“...Oíste que fue dicho:
No adulterarás: mas yo os digo,
que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla,
ya adulteró con ella en su corazón”.
Lo que primeramente
debemos notar es lo siguiente:
Que el Señor manifestó dos épocas en estos dos versículos: la
primera cuando
dice: “OISTE
QUE
FUE
DICHO...”
refiriéndose al tiempo levítico, y la segunda cuando dice:
“MAS YO OS DIGO”
refiriéndose a la presente dispensación
del evangelio.
AYER, se había prohibido
el adulterio de hecho, el mandamiento literal de la ley de Moisés dice:
“...Cuando
se sorprendiere alguno echado con
mujer
casada con marido, entrambos morirán, el hombre que se acostó con la mujer,
y
la
mujer:
así
quitarás
el
mal de Israel...”(Deuteronomio 22:22).
Para
declarar culpable al
adulterio era necesario sorprenderlo
en el
hecho, de lo contrario nadie podría acusar a otra persona
de semejante pecado, la ley penal no podría ser
ejecutada. El mandamiento de no adulterarás es el séptimo mandamiento del decálogo y Jesús lo explica como que debe obedecerse
no solo en la acción sino en la intención.
El Señor que conocía los corazones
de los judíos, sabía muy bien que este precepto
estaba siendo violado en el corazón, por
lo
tanto le hace ver
la importancia de evitar la codicia interna, porque este
hecho era suficiente para contaminar a una persona.
La convivencia diaria entre hombre y mujeres da lugar
a cometer esta clase de falta, y cuantas de las veces
se vive en esta clase de pecado
silenciosamente,
amando lo prohibido en lo secreto del corazón.
Cuantas de las veces se ha oído de adulterios de pastores, quienes para cometerlo
lógicamente se entiende que la codicia ha principiado en el corazón.
Alguien dice que la magnificación
de este séptimo mandamiento
fue solo para los judíos pero tal
aseveración es del todo incorrecta puesto que las Palabras de Cristo y de los apóstoles no fueron
solamente para los hebreos, también lo fueron para los gentiles. Mateo 28:19-20.
Veamos la confirmación enfática de estos dos
mandamientos del “NO MATARAS Y DEL NO ADULTERARAS”, pero ahora veámoslo en los escritos de
los
apóstoles.
El apóstol Juan es muy claro con relación al homicidio,
lo
describe en la forma siguiente:
“...Cualquiera que aborrece a su hermano, es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna
permaneciente en
sí...” (1ª. Juan 3:15). El
aborrecimiento
no mata la carne, pero sí mata los ideales, la moral y porqué no,
muchas de las veces hasta la carne misma. Al mismo
Juan el teólogo se le reveló que ningún homicida tiene parte
en el reino de Dios, según Apocalipsis
21:8 y Apocalipsis 22:15, quien permanece
en el homicidio
espiritual no puede heredar
el reino de Dios.
Con relación al adulterio, el apóstol Pedro es muy claro
al referirse
a él; habla de quienes han conocido
la Palabra de Dios y siempre continúan en su mismo
sistema de vida, leamos con cuidado
2ª. Pedro 2:10 en
adelante: “...Y principalmente
a aquellos que, siguiendo la carne, andan en concupiscencias e inmundicias...”
y agrega el versículo 14 “...teniendo los ojos llenos de adulterio, y no saben cesar de pecar cebando las almas inconstantes, teniendo el corazón
ejercitado en codicias...” y agrega el versículo 20 “...ciertamente, si habiéndose ellos aparatado de las
contaminaciones del mundo, por el conocimiento del
Señor y Salvador Jesucristo y otra vez envolviéndose en ellas, son vencidos, sus postrimerías
les son hechas
peores que los principios. Porque
mejor les hubiera sido
no haber conocido
el camino de justicia, que después
de haberlo conocido, tornarse atrás del santo
mandamiento que les fue dado...”.
MANDAMIENTOS DE ORDEN RELIGIOSO
Uno de los mandamientos
que está muy claramente
expresado y que debe obedecerse por todo discípulo de
Cristo es el relacionado
con
la SANTA CENA “...Y les dio: diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí...” (Lucas 22:19).
Jesús estableció la ceremonia de la Santa Cena en
memoria de él. El apóstol Pablo ratificó este mismo
mandamiento en 1ª. Corintios 11:23-26 “...Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado:
que el Señor Jesús, la noche que fue entregado
tomó pan; y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo:
tomad, comed; esto es mi
cuerpo que por vosotros
es partido: haced esto en
memoria de mí. Así mismo tomó también la
copa, después de haber cenado,
diciendo: esta copa es el nuevo pacto
en mi
sangre; haced esto todas las veces que bebiereis, en
memoria de mí...”.
Se hace necesario según este mandamiento de conmemorar la muerte
de
Jesucristo
por
medio de la SANTA CENA. Es una ceremonia que ningún discípulo de
Jesús debe dejar de celebrar.
Posiblemente usted estimado hermano ha hecho caso
omiso
de este mandamiento, pero debe reflexionar, y entender
que es mandamiento de Jesucristo.
A esta ceremonia está añadida la del LAVATORIO DE PIES,
dice
así en Juan 13:13 al 17 “...Vosotros me llamáis, Maestro
y Señor, y decís bien, porque lo soy. Si sabéis estas cosas
bienaventurados seréis, si las hicieres...”.
Algunas modernas exégesis explican
que
no
hay
necesidad de celebrar el lavatorio de pies, que fue simplemente un acto de humildad del Maestro y que lo
que enseñó con eso, fue la humildad de su discipulado.
No puede negarse por supuesto que
esta
es
la parte central de la enseñanza de Jesús, pero su lenguaje fue muy claro, pues dejó ese rito como un complemento de la
Santa Cena. Pongamos atención a lo que dice Juan 13:14 “...Pues si yo, el Señor y el Maestro,
he lavado vuestros pies,
vosotros también debéis lavar los pies los unos a los otros...”.
El bautismo es otro mandamiento
de Jesucristo el cual no
debe eludirse.
Está muy claramente
expresado en Mateo 28:19 “Por tanto, id y doctrinad
a todos los gentiles bautizándolos”. Jesucristo
ordenó a los
gentiles
BAUTIZARSE, usted y
yo somos gentiles, por lo
tanto debemos obedecer ese precepto del Señor.
Es una cosa paralela con la predicación
el BAUTISMO.
Cuando los primeros judíos preguntaron a los apóstoles – ¿qué es necesario hacer? Contestaron: BAUTICESE CADA
UNO DE VOSOTROS...”.
(Hechos 2:38). Los apóstoles sintieron la necesidad de cumplir ese mandamiento y así lo hicieron pues el versículo 41 dice: “...fueron bautizados”. Podríamos citar infinidad de versículos en los cuales se ve
con toda claridad que los apóstoles cumplieron con ese
mandamiento. Si usted estimado
lector aun no se ha bautizado, piense que es mandamiento de Jesucristo y
que es necesario obedecerlo.
Todos los hombres que han deseado
estar cerca de Dios, han sido bautizados conforme el mandamiento
de Jesucristo. No vea el mandamiento como algo que si quiere
obedecerlo lo hace y si no pues no, EN NINGUNA MANERA,
los mandamientos de Jesucristo son irrefutables, se hace
necesario obedecerlo.
Queremos referirnos ahora a tres mandamientos
que Jesucristo confirmó en el Nuevo Pacto y que por cierto se
pasan desapercibidos, pues se pretende que Jesucristo los anuló. Nos referimos: al diezmo, al sábado y a la ley de la alimentación.
Con relación a los tres mandamientos
en mención debemos entender que no tuvieron su principio en la ley de
Moisés, estos
mandamientos existieron
en
la
dispensación patriarcal o sea mucho antes del pacto levítico.
Hablemos primeramente
del DIEZMO. Este mandamiento lo encontramos en el libro de Génesis capítulo
14 y
versículo 20 “...Y bendito sea el Dios Alto,
que entregó tus enemigos
en tu mano. Y dioles este precepto, ¿por qué razón? Porque Dios se lo había
dado.
Sabemos que el sacerdocio existente en ese tiempo
era el de Melquisedec,
aun no existía el sacerdocio
Aarónico y sin embargo
como hemos leído la ley del diezmo ya era conocida.
Así lo explica el apóstol Pablo en Hebreos 7:1 “...Porque
este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, el cual salió a recibir
a Abraham que volvía de la derrota
de los reyes, y le bendijo, al cual asimismo dio Abraham
los diezmos de todo...”.
Notemos que el primer sacerdocio
en recibir los diezmos fue Melquisedec y fue precisamente que de
este orden
se
levantó sacerdote
Jesucristo,
así
lo
leemos en Hebreos
7:17 “...Pues se da testimonio de él: tú eres sacerdote para siempre, según el orden de
Melquisedec...”.
El diezmo continúa en esta dispensación porque estamos bajo el mismo orden sacerdotal así lo prueban
los escritos de los evangelios
y las epístolas de los
apóstoles.
Veamos primeramente como Jesús confirmó el sistema del diezmo. No olvidemos lo que dijo en Mateo 28:19-20
“...Enseñándoles que guarden todas las cosas que os
he mandado...”.
Veamos pues si Jesús
ordenó dar el
diezmo:
Leamos Mateo 22:17-21 “...Dinos pues, ¿qué te parece?
¿Es lícito dar tributo a César o no?. Más Jesús
entendida la malicia de ellos, les dice: ¿por qué me
tentáis, hipócritas? Mostradme la moneda del tributo. Y
ellos le presentaron un denario. Entonces les
dice:
¿cuya es esta figura, y lo que está encima
escrito...? Dícenle: De César. Y díceles: Pagad pues a César lo
que es de César, y a Dios lo que es de Dios...”.
Dos cosas enseñó Jesús en este pasaje:
que
se debe pagar el tributo al gobierno y segundo
que a
Dios se le debe
pagar también. La relación del texto habla de monedas por lo tanto no debemos interpretar espiritualmente, la interpretación debe
ser
literal.
Ahora
bien
¿cuál ha sido la forma de pagar
a Dios
materialmente? La forma
que él mismo
ha establecido, EL DIEZMO.
El apóstol Pablo también confirmó este precepto en su epístola a los Hebreos
7:12 dice así:
“...Pues mudado el
sacerdocio, necesario es que se haga también
mudanza de la ley...”.
A simple vista parece que este texto no tiene ninguna relación
con el diezmo, sin
embargo veremos que tiene bastante
relación.
Primeramente
analizaremos el término –MUDADO-. Alguna persona
puede creer que este vocablo significa DEROGACION, pero es todo lo contrario, significa CAMBIAR, así
lo
traducen
muchísimas versiones. El
diccionario de la
lengua castellana define así:
CAMBIAR UNA COSA POR OTRA.
Cuando el apóstol
se
refiere al
SACERDOCIO dice
claramente ha sido cambiado pero NO
ANULADO. Alguien podría pensar que actualmente no
tenemos sacerdocio, pero esto es un error, puesto que hoy
estamos bajo el sacerdocio del MELQUISEDEC.
Pablo dice así en Hebreos 8:1 “...Así que, la suma acerca de lo dicho
es: tenemos tal pontífice que se asentó
a la diestra del
trono de la Majestad
en los cielos...”. Pablo declara
que tenemos pontífice, luego entonces el sacerdocio
no ha dejado de existir, lo único que sucedió
fue un cambio, una
mudanza.
Usted ha visto con toda claridad que la palabra MUDAR en ninguna manera significa CANCELAR. Ahora analicemos la
segunda parte del versículo:
“NECESARIO ES QUE SE HAGA MUDANZA DE LA LEY”.
¿De
qué ley habla el apóstol? No se
refiere a toda la ley de Moisés,
habla exclusivamente de la
ley
sacerdotal. Por ejemplo:
La ley sacerdotal ordenaba que
solamente los descendientes de Aarón eran los únicos
que podían oficiar delante
de Dios, pero venido Jesucristo se convirtió en sacerdote no siendo de la tribu de Leví ni hijo
de
Aarón, como
dice
en
el
versículo 13 “...Porque
aquel del cual esto se dice, de otra tribu
es, de la cual nadie asistió al altar...”. Una de las leyes relacionadas con el sacerdocio es el diezmo, así lo leemos en Hebreos 7:5 “...Y
ciertamente los que de los hijos de Leví toman el sacerdocio, tienen mandamiento
de tomar del pueblo los
diezmos según la ley, es a saber de sus hermanos aunque también hayan salido de los lomos de Abraham...”.
Los
levitas recibían el diezmo de los hijos de Israel y los sacerdotes tomaban el diezmo del diezmo, así lo leemos en Números 18:21 “...Y he aquí yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel por heredad,
por su
ministerio,
por cuanto ellos sirven en el ministerio del
tabernáculo del testimonio...”.
Esta ley relacionada
con el sacerdocio también fue CAMBIADA, ¿por
qué razón? Porque el sacerdocio fue cambiado. Ahora al igual que el patriarca Abraham se le darían los diezmos a los levitas, sino que nuevamente al igual que
el patriarca Abraham se le darían a Melquisedec. Sabemos que el sacerdocio de Melquisedec
no ha
muerto, este vive así lo leemos en
Hebreos 7:8 “...Y aquí ciertamente los hombres mortales toman los diezmos;
más allí, aquel del cual está dado testimonio que vive”.
En el tiempo de Pablo aún estaba el
santuario en Jerusalén y aun oficiaban los sacerdotes
del orden de Aarón, los judíos que no habían aceptado el
evangelio continuaban dando su diezmo a esos hombres
mortales, pero el apóstol da testimonio que aparte de ese
diezmo hay otro que se da al que vive, ¿y quién es el que
vive? MELQUISEDEC o sea nuestro Señor Jesucristo.
Si la Escritura no diera testimonio que el sacerdocio
de Melquisedec recibió diezmos habría razón en negar la vigencia
de este mandamiento.
Pero como la Palabra de Dios da este testimonio, por esta razón creemos
que AUN EL QUE VIVE CONTINUA
Ahora pasamos a analizar el
mandamiento del día de reposo, el cual también fue
confirmado para esta dispensación del evangelio. Según el testimonio de la Palabra de Dios desde el Génesis hasta el Apocalipsis,
el único día de reposo es el Sábado. Se
presentan argumentos en diferentes tesis humanas
presentando el domingo como día de reposo, pero todas ellas se desbaratan
ante
el testimonio irrefutable de la Palabra de Dios.
El día sábado fue un día santificado
no por Moisés
como erróneamente se presenta en ciertas exégesis, el SABADO no fue Mosaico, mucho antes de existir el líder de los hebreos, ya existía el sábado como un día APARTADO Y BENDECIDO. El testimonio de Génesis no puede ser
cambiado jamás,
y
allí está como un
testigo
inquebrantable de la autenticidad de la santificación del día sábado.
El testimonio
al
cual nos referimos
está escrito en Génesis 2:1-3 “...Y fueron acabados los cielos y la tierra, y
todo su ornamento. Y acabó Dios en el día séptimo su obra que hizo y reposó el día séptimo de toda su
obra que había hecho. Y bendijo
Dios al día séptimo, y santificolo, porque en él reposó de toda su obra que había
dios criado y hecho...”. Este
testimonio de la PALABRA DE DIOS y no de hombre, prueba que la
SANTIFICACION
Y BENDICION DEL DIA SABADO fue
desde el principio de la creación, y que fue dada por el mismo Creador
y si fue el creador que no cambia de pensamientos porque yo un humano terrenal he
de cambiar su ejemplo.
Pregunto: ¿puede alguien contradecir este testimonio?
NO ABSOLUTAMENTE NADIE, ningún teólogo puede
negar esta
verdad.
Quienes aceptan
al
domingo
como día
de
reposo
tratan de nulificar esta santificación y esta bendición diciendo: “...este
versículo está escrito en las Escrituras del Antiguo Pacto. Ante tal argumento
explicamos que la SANTIFICACION
DEL SABADO fue mucho antes que se estableciera el
antiguo pacto, lo acabamos de leer desde el principio de la creación y algo más:
QUE EL PRIMER SER EN
GUARDAR, EN REPOSAR EN EL DIA SABADO FUE EL CREADOR ¿puede negarse esto? ¿Puede
algún predicador decir que no es así? Antes que todo pacto
fuera establecido con los pueblos,
el SABADO fue dado a favor del hombre
y para gloria
de Dios. Por estos dos
puntos inobjetables se puede decir con toda libertad que
el SABADO COMO DIA DE REPOSO TIENE UN
FUNDAMENTO INCONMOVIBLE.
Ahora bien, como nuestro tema
es: los mandamientos de Cristo, necesitamos
analizar si Jesucristo y los
apóstoles confirmaron este mandamiento.
Escuchemos las palabras
del
Divino Maestro:
“...También les dijo: El sábado por causa del hombre
es hecho; no el hombre por causa del sábado. Así que el
Hijo del hombre es Señor
aún del sábado...”. Marcos 2:27-28.
Dos cosas importantísimas
están aclaradas por la máxima autoridad
de la gracia: Primero: que el
sábado fue hecho por causa del hombre,
es decir a
favor del hombre, para que en él reposara de toda su
obra y en ese día se alimentara
espiritualmente,
dedicando el día
para la gloria de Dios. Segundo: Que el hijo
del
hombre
que es el mismo
Cristo, es
SEÑOR AUN DEL
SABADO.
Analicemos
la segunda parte.
Cristo
declaró
enfáticamente, que AUN
continúa siendo SEÑOR DEL SABADO.
El adverbio AUN significa TODAVIA
y Jesús lo usa en esta declaración, confirmando
su señorío sobre el sábado y confirmando que el sábado sigue siendo EL DIA DEL SEÑOR.
Esta es la magnificación del día de reposo, véala con claridad estimado lector. En Génesis se declaró al sábado como BENDECIDO Y SANTIFICADO, es decir APARTADO, pero ahora en la GRACIA LO DECLARO A JESUS COMO SEÑOR
DEL SABADO. El promotor
de la gracia, nuestro Señor Jesucristo se declaró SEÑOR
DEL
SABADO.
¿Puede algún teólogo negar
esto? Absolutamente nadie, para hacerlo tendría que borrar este pasaje de la Sagrada Escritura.
Tenga la plena seguridad que el
sábado del Génesis es el mismo sábado
que Jesús confirmó como EL DIA DEL SEÑOR. No obstante, de haber pasado tanto
tiempo
entre el Génesis y la primera venida de Jesucristo,
el ciclo semanal no varió
en ninguna forma. Algunas personas para eclipsar la bendición y santificación de este día, dicen que se perdió el cómputo
semanal. Pero estamos
viendo que Jesús confirmó
el mismo sábado del Génesis, esto significa que no hubo tal variación.
Estimado lector:
¿Quiere imitar a su Salvador al
verdadero CRISTO santificando y guardar el
día
sábado? ¿O quiere imitar al paganismo con
un falso cristo quien fue el
que instituyó al domingo como día de reposo?
Solo dos alternativas le quedan o imitar a Cristo o al paganismo.
Usted
tiene la Palabra.
En las páginas del nuevo pacto no existe en un solo texto
en el cual se lea que esa bendición fue quitada.
El apóstol Pablo en su carta a los hebreos
les hace ver que el día de reposo aún continúa
para
el pueblo de Dios.
Leemos así en Hebreos 4:9 “...Por tanto,
queda
un reposo para el Pueblo de Dios...”.
Puede ver este versículo en la Sagrada Escritura llamada
del Oso, que fue la primera versión Reina Valera.
Nótese que está hablando del SABBATISMO, este término
significa el reposo del sábado.
La versión anotada
de Scofiel, D.D. aclara en su nota al margen
que
se trata del REPOSO DEL SABADO. La versión de Jerusalén
traduce en la forma siguiente: “Por tanto es claro que queda un descanso sabático para el Pueblo de Dios...”.
Ciertamente
este capítulo 4 de Hebreos habla
de
dos clases de reposo, el que menciona el versículo 8 cuya palabra original es KATAPAUSIS y que significa reposo de la fatiga y el que habla el versículo 9, cuya palabra original es
SABBATISMO que significa literalmente: REPOSO DEL TRABAJO CUANDO TERMINADO.
En conclusión
en Hebreos 4:9 el apóstol está ratificando el reposo del sábado, y dice con toda claridad que AUN
QUEDA, es decir que está en vigencia, que no ha terminado.
Como hemos dicho el apóstol al referirse al séptimo día, se
refiere a él en el versículo
4 dice así: “Porque en
un cierto lugar dijo así del séptimo día:
y
reposo Dios de todas sus
obras en el séptimo
día...”. Notemos que aparte del reposo milenial, viene hablando
del reposo semanal,
haciendo comparación de ambos reposos. Como hemos dicho, en el versículo 9 la Palabra original significa REPOSO DEL TRABAJO CUANDO TERMINADO, y
ese reposo es el
séptimo día. Lo prueba el versículo
10 que dice así: “...Porque el que ha entrado
en su reposo, también él ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas...”. Todo
aquel que acepta el sábado como día de reposo,
reposa de sus actividades materiales como Dios
reposó
de
las
suyas (versículo 4).
Si usted estimado lector
no reposa de sus trabajos en el séptimo día, no está reposando al igual que Dios, o como Dios
lo
hizo,
sino que lo estará haciendo
conforme
lo hacen las gentes. En el versículo 11 leemos así:
“...Procuremos pues
de
entrar en aquel reposo; que ninguno caiga
en
semejante ejemplo
de
desobediencia...”.
El sábado actual es una semejanza
del reposo eternal, por lo tanto el apóstol
invita para que entremos al reposo semanal y a la vez para que más tarde
entremos al reposo eternal. Notemos bien que todo está armonizado
por Dios. Al no sujetarnos a los mandamientos
de Dios alteramos
lo que él con todo orden
ha establecido. Si la Palabra de Dios dice que AUN QUEDA EL
SABATISMO PARA EL PUEBLO DE DIOS, ¿porqué razón vamos a rechazarlo? No existe razón para rechazar el mandamiento del Señor. Una cosa importante
que debe notar es que el sabatismo es para el Pueblo
de Dios, de manera que si usted lo rechaza, usted
mismo se está marginando del Pueblo de Dios.
Jesucristo nos dejó claro ejemplo de su observancia
al día de reposo, así lo leemos en Lucas 4:16 “... Y vino a Nazaret donde había sido criado y entró conforme su costumbre el día del Sábado en la sinagoga y se levantó a leer...”. JESUCRISTO NO FUE DOMINICAL, él nunca asistió a una escuela
dominical.
La observancia
del domingo se practicó siglos más tarde en el seudocristianismo, pero
en el verdadero pueblo del Señor, siempre ha sido el sábado el día de reposo.
Los profetas que nos hablan del reino venidero jamás
mencionan al domingo, ¿por qué razón? Porque no existe en la Palabra
de Dios como día de reposo.
Ahora analizaremos el Mandamiento de Los Alimentos
Para iniciar, enfatizaremos que este precepto al igual que
el sábado y el diezmo se inició en la dispensación patriarcal.
Mucho antes que se estableciera la Ley de
Moisés.
Puede comprobarlo leyendo el relato de Noé, la orden
divina LE HIZO MARCADA DIFERENCIA
ENTRE LOS ANIMALES LIMPIOS E INMUNDOS. Si nunca ha leído este
pasaje, por favor puede leer en Génesis 7:1-2 “...Y Jehová dijo a Noé; entra tú y toda tu casa en el arca;
porque
a ti he visto justo delante de mí en esta
generación. De todo animal limpio te tomarás de
siete en siete, macho y hembra; más de los animales que no
son limpios, dos, macho y hembra...”.
No se necesita argumentar en lo mínimo para entender el pasaje. Dios mismo le habló a Noé DE DOS CLASES
DE ANIMALES: EL LIMPIO Y EL NO LIMPIO. Note bien que no fue Noé el que clasificó a los
animales en esta forma, fue EL MISMO DIOS. Pregunto estimado lector:
¿Tendrá
razón Dios para hacer
esta
diferencia?
¿Seremos más sabios
que Dios para decir
que no existen animales inmundos? Creo que
es hasta absurda la
pregunta. Tratemos
entonces de adaptarnos a lo que Dios ha establecido
desde
el
principio de la creación.
Debemos notar
que en el tiempo de Noé
aun no existía el pueblo judío, como para decir que este precepto se dio para el pueblo hebreo. La diferencia entre animal limpio e inmundo, Dios la estableció desde
la era patriarcal, los
patriarcas
ya tenían
conocimiento de esta diferencia. No podemos asociar este precepto de las viandas con el santuario, ni con el sacerdocio levítico,
porque no existían ambas cosas. Podemos
asegurar que tres preceptos continúan
invariables,
puesto que el orden sacerdotal de
Melquisedec continua y porque estos preceptos no aparecen derogados en las páginas del nuevo pacto, sino más
bien
confirmados.
Veamos como fue confirmado
el precepto
de
las viandas en las páginas del nuevo pacto. Para ello leeremos la carta de Pablo a Timoteo
capítulo 4 y versículos 3 al 5: “...Que prohibirán casarse,
y mandarán abstenerse de las viandas que Dios crió para que con hacimiento de gracias participasen de ella
los
fieles,
y
los
que han conocido
la verdad.
Porque todo lo que Dios crió es bueno y nada hay que desechar, tomándose con hacimiento
de gracias...”. Seguro que usted ha leído
muchas veces
estos pasajes, pero posiblemente
los ha leído de una manera
apresurada y precisamente por hacerlo así es que pasamos desapercibidos la verdad escrita en la Palabra de Dios.
En el versículo
1 y
2 del capítulo citado se describe la apostasía que ocasionarían
espíritus de error, esto mismo está conectado con el versículo 3 que hemos
leído. No tratemos este caso de la apostasía,
nos concretaremos al punto de las viandas.
El versículo
3 dice que este espíritu de error ordenaría
abstenerse de las viandas que Dios crió. Este
versículo es
clave
y debemos meditarlo detenidamente, ya que equivocar el sentido de lo que Pablo dijo puede llevar a la desobediencia de lo que Dios ha establecido.
Busque usted en la Sagrada Escritura
1ª. Timoteo 4:3 en el segundo
renglón leemos:
“LAS
VIANDAS QUE DIOS CRIO...”,
vuélvalo
a leer, no dice LOS ANIMALES
QUE DIOS CRIO. El pasaje
viene hablando de VIANDAS CRIADAS POR
DIOS;
esto significa
que al crear Dios las cosas, crió VIANDAS, es decir cosas que podían comerse
y a la vez crió cosas
que no pueden comerse.
Por ejemplo: existen muchas plantas venenosas,
no obstante, de ser plantas no pueden comerse porque
producirían la muerte. De la misma manera crió animales
venenosos que no son comibles infinidad de insectos que
más bien son
transmisores
de
enfermedades, esto no puede ser vianda.
NO CONFUNDO
LOS
TERMINOS ESTIMADO LECTOR, es necesario que aprendamos a leer la Sagrada Escritura.
Le
invitamos a leer otras versiones para que amplíe su criterio
al respecto de este término. La versión de Jerusalén
traduce así: “Y EL USO DE ALIMENTOS que Dios Crió...”.
¿Notó bien? Viene hablando de
ALIMENTOS. De la misma manera
traducen las versiones Nuevo Mundo
y
la
Revisada.
Ahora bien: ¿quiénes son los que participan
de estas viandas que el Señor ha criado? Continuamos con la
lectura del versículo 3 “...para que con hacimiento
de gracias participasen de
todas las fieles, y los que han conocido
la verdad...”. Notemos bien quiénes son los que participarían de estas viandas: “LOS QUE HAN CONOCIDO
LA VERDAD”, es decir los que instruidos ya por la Palabra
de Dios, están enterados
que es lo que Dios ha preparado
como alimento. Como
el mundo no ha querido tener a
Dios
en su noticia como dice en Romanos 1:28, el mundo se
ha
dedicado
a comer toda
clase
de
animales
inmundos, enfermando así al género humano.
Isaías habla
de esta clase de comidas inmundas:
“...que se quedan en los
sepulcros, y en los desiertos tienen la noche; que comen carne de puerco, y en sus ollas hay caldo de cosas
inmundas...”. La mayoría de la humanidad tiene ollas de cosas
inmundas, porque
no les ha llegado el conocimiento
de la verdad o no la han querido recibir.
Continuamos
analizando 1ª. Timoteo 4:4 “...Porque
todo lo que Dios crió es bueno,
y nada hay que desechar,
tomándose con hacimiento
de
gracias...”.
¿A qué se refiere el pasaje cuando dice: Todo lo que Dios crió? Las modernas exégesis enseñan que se refiere a todo
lo creado. Pero
esto por supuesto es un absurdo, ya que no puede referirse a todo lo creado porque hay animales y plantas venenosas que no pueden
comerse.
¿A qué se refiere, cuando dice “todo lo que Dios crió es
bueno? Se refiere a lo dicho anteriormente
en el versículo 3, es decir a lo que podemos y no
podemos comer . Todas las viandas
criadas por Dios son buenas y nada debe desecharse, puesto
que el Creador no podía equivocarse
al crear algo benéfico para el hombre. Esto lo dijo Pablo con relación a la apostasía que prohibiría comer aun lo que Dios ha criado como buen alimento.
El apóstol concluye con lo que dice el versículo 5:
“...porque por la Palabra de Dios y por la oración es santificado...”. Por dos cosas es santificado el alimento. No olvidemos
que la palabra SANTIFICAR significa: APARTAR y Pablo dice
que por dos cosas es APARTADO
el alimento; 1.
Por la Palabra
de Dios y 2. Por la
oración.
Para el apóstol
Pablo aun estaba en vigor la
SANTIFICACION
DEL ALIMENTO, puesto que dice claramente
que POR LA PALABRA DE DIOS ES SANTIFICADO.
Preguntamos ¿a qué palabra de
Dios se refiere si aún no estaba escrita la Escritura
del Nuevo Pacto?
Lógicamente se refiere a las Escrituras del
Antiguo Pacto. Es allí donde el Creador dio la lista específica de cuál
es lo inmundo y cuál
lo
limpio.
Pablo está ratificando la santificación del alimento. Si en
verdad en el Nuevo Pacto este precepto fue derogado, automáticamente
ya no
existiría ningún
alimento APARTADO, y en este caso Pablo estaría equivocado y no es así.
Para concluir decimos
que el apóstol Juan en su revelación escrita en el año 96 después de Cristo, aún
sigue
hablando de ANIMALES INMUNDOS.
En la última parte del versículo
13
del capítulo 16 de Apocalipsis
dice
así: “...Tres espíritus inmundos
a manera de ranas...”. Notemos que está correlacionado el ESPIRITU INMUNDO CON LA RANA. Y en el capítulo 18 y versículo
2, última parte dice: “...Y
albergue de todas
aves sucias y aborrecibles...”.
La versión de Jerusalén dice:
“...aves inmundas...”.
Preguntamos ¿por qué vio AVES
INMUNDAS...? si la sangre
de Cristo ya había limpiado a todos los animales como se presume, no había razón para que el teólogo escribiera
de esa forma. Es inequívoco que aún existen ANIMALES INMUNDOS.
La preciosa sangre de Jesucristo solamente
limpió el pecado
del hombre, y no a los animales inmundos.
Existen demasiados
argumentos para rebatir, pero espero puedan comprender que la Iglesia de Dios
es especial y única debe distinguirse no solo en nombre si no en hechos.
Que el señor
bendiga su palabra en su corazones y los llene de su Santo Espíritu para seguir
adelante y perseverar en sus mandamientos y poderlos cumplir siendo guiados por
los caminos de verdad.
Paz amada Iglesia
de Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario