LA PARÁBOLA DEL TESORO ESCONDIDO
En Mateo 13:44 que dice así: “Además el reino de los cielos es semejante al tesoro escondido en el campo; el cual hallado, el hombre lo encubre , y de gozo de ellos va y vende todo lo que tiene y compra aquel campo”.
Hemos dicho en
otras ocasiones, que el “reino de los
cielos” que mencionan
las parábolas, no se refiere
a la expansión de gloria donde habita el Supremo. Cuando leemos
en las parábolas:
“El reino de los cielos” entendemos que se refiere al evangelio del reino,
como se puede comprobar leyendo Mateo 4:17 y 23. De manera entonces que el evangelio del reino
es semejante a un Tesoro escondido en el campo.
Nuestro Divino
Maestro lo comparó con un tesoro, por el valor incalculable que tiene el Evangelio
de Salvación. No hay nada en el mundo que tenga valor semejante
al Mensaje de la Redención, y a la Sabiduría de Dios.
Dice en Proverbios
8:11 “Porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas y todas las cosas
que se pueden desear no son de compararse con ella”.
El Evangelio
encierra el tesoro mismo de Dios, porque en él está la gema de su amor, el rubí
de la Sangre de Cristo, la esmeralda de la esperanza eterna, el zafiro de su misericordia
y el carbunclo de sus conmiseraciones, y cuantas otras virtudes más encerradas
en ese precioso estuche del Bendito Evangelio de Jehová Dios.
Pero de igual
manera, como los tesoros están escondidos en el seno de la tierra para que no
sean estropeados por las bestias y los cerdos, de igual manera dice la parábola
que este tesoro está escondido en el campo.
Desde luego
que esto no quiere decir que nosotros ingenuamente pensemos que el Evangelio o la
Iglesia del Señor Jesucristo haya estado o esté escondido en algún campo o en
algún bosque, como alguien podría pensar leyendo el Salmo 132:6 en donde
dice: “He aquí Ephrata oímos de ella hallámosla en
los campos del bosque”.
Aquí no viene
hablando del Evangelio ni de la Iglesia, viene hablando del Arca de Jehová en
el tiempo de David. De manera entonces
que aunque diga que el tesoro de Dios en su evangelio esté escondido en el campo,
repetimos, esto no quiere decir que esté oculto en algún lugar de la tierra, ya
que Jesucristo jamás trató de que se ocultase su Iglesia o su Evangelio, pues él
decía en Mateo
10:27 “Lo que os digo en tinieblas decidlo en la luz y lo que oís al oído
predicadlo desde los terrados”.
Y en Mateo
5:15 “Ni se enciende una lámpara y se pone debajo de un almud, más sobre el
candelero y alumbra a todos los que están en casa”. De manera entonces que según la Escritura, la
iglesia no se escondería, porque decía la parábola que este tesoro está
escondido en el campo. La respuesta a
esta pregunta la encontramos en Mateo 11:25 en donde dice: “En aquel
tiempo respondiendo Jesús dijo: Te alabo Padre, Señor del cielo y de la tierra,
que hayas escondido estas cosas de los sabios y de los entendidos y las hayas revelado
a los niños”.
He aquí donde
ha colocado Jehová las perlas preciosas de su sabiduría en el corazón de los humildes, de
aquellos que se han convertido
en unos niños en la novedad de vida.
Es allí donde está escondido el tesoro
del Señor, como dice también Isaías 57:15 “Porque así dijo el alto y sublime el
que habita la Eternidad y cuyo nombre es el Santo, yo habito en la altura y la Santidad
y CON EL QUEBRANTADO Y
HUMILDE DE ESPÍRITU, para hacer vivir
el espíritu de los humildes y para vivificar el corazón de los quebrantados”.
El campo según
Mateo 13:38 es el mundo. Y estos hombres temerosos están en el mundo,
pues oídlo bien, no participando del pecado del mundo, sino simplemente están viviendo
en esta tierra, en este mundo, por cuanto son seres físicos, cumpliéndose así
la oración dulcísima del Señor Jesucristo escrita en Juan 17:15 “No ruego que
los quites del mundo, sino que los guardes del mal”.
Luego entonces
en medio de esta humanidad pecadora se encuentran
los verdaderos hijos
de Dios, los que en realidad son temerosos, los que le aman y guardan
sus mandamientos. Tenemos un ejemplo
evidente en 2ª. Pedro 2:8 en donde dice así: “Porque este
justo con ver
y oír morando
entre ellos, afligía cada día su alma justa, con los hechos de aquellos
injustos”.
Para que creamos
en el Señor, es necesario que la enseñanza que recibamos emane de la Palabra de
Dios. No debemos dejarnos llevar por la apariencia del mundo, aún que el
aspecto religioso. No es porque el predicador sea extranjero, o tenga títulos
de Reverendo, Teólogo u otros, no, se trata que la enseñanza venga de la Palabra
de Dios, sin importar que quien la transmita sea un hombre pobre o rico,
letrado o intelectual, si es hombre de Dios y habla conforme a la Palabra digamos Amén. 1ª.
Pedro
4:11 “si
alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios...” Juan 7:24 dice: “No juzguéis lo que parece, más
juzgad justo juicio.
Dijo el Señor
en Juan 14:23 “Respondió Jesús y díjole: El que me ama, mi palabra guardará y mi Padre
le amará y vendremos a él y haremos con él morada”. Luego entonces el que guarda la palabra es
aquel que verdaderamente la lleva en su corazón.
Continúa diciendo
la parábola de Mateo 13:44 “El reino de los cielos es semejante al tesoro escondido
en el campo, el cual hallado el hombre lo encubre”. Para ser hallado este
tesoro, es menester buscarlo, Proverbios 15:14 “El corazón entendido busca la
sabiduría”. Usted amigo debe ser
entendido y debe buscar con ahínco el tesoro que le puede hacer rico en Dios,
dice Proverbios 13:15 “Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría y que
obtiene la inteligencia. Porque su mercadería
es mejor que la mercadería de la plata y sus frutos más que el oro fino. Más preciosa es que las piedras preciosas y
todo lo que se puede desear no se puede comparar a ella”.
Todos los humanos buscan
con afán la
riqueza física, hacen aún hasta lo imposible con el objeto de adquirir
grandes capitales, no obstante muy pocos son los que tienden más allá su mirada
buscando el tesoro de Dios.
Abrazar el Evangelio
del Reino, no significa simplemente cambiar de religión, aceptar y convertirse
al Evangelio de verdad significa adquirir una riqueza como dice el libro de Proverbios
13:7 “Hay quienes se hacen pobres y tienen muchas riquezas”. Y esas riquezas son las virtudes de Dios en
esta vida y las promesas de Dios en la vida que viene.
Y continúa la
parábola diciendo que el hombre que halla el tesoro, lo encubre. Esto es una verdad que hemos visto muchas
veces, al que encontró un cofre del tiempo de los bisabuelos, lo esconde, lo
encubre para que el ladrón no lo hurte y le deje sin nada. Semejante debe hacer
aquel que ha encontrado el tesoro de Dios en su infinito evangelio. Debe
encubrirlo y guardarlo, cuidarlo como dice Proverbios 7:1 “Hijo mío, guarda mis
razones, y encierra contigo mis mandamientos, y mi ley como las niñas de tus
ojos”.
Semejante
cuidado debe tener el que ha llegado a adquirir este sublime
tesoro, no debe
confiarse porque el
robador espiritual que
es el demonio puede hacerle perdidizo semejante
tesoro con sus hechizos como dice Mateo 13:19 “Viene el malo y arrebátale que
fue sembrado en su corazón”. Guardemos nuestra espiritualidad y Fe con mucho
cuidado y velemos para que como dice Pablo en 1ª. Corintios 10:12 “Así el que piensa
estar firme, mire no caiga”.
Y continúa
diciendo la parábola “Y de gozo de ella va y vende todo lo que tiene”. ¿Qué es lo que tiene el individuo antes de
aceptar el evangelio del Cristo de Israel?. Solo vicios y malas costumbres, pues estas
tiene que venderlas, en otras palabras quiere decir: que tiene que despojarse de ellas, como dice
Pablo en Filipenses 3:7 “Si tú quieres verdaderamente aceptar el Evangelio del
Señor, véndele al mundo lo malo que tengas, despójate de todo ello y si acaso tú
has visto alguno llamándose evangélico y sigue con sus mismas costumbres y
vicios, esto no quiere decir que pierda su valor y su riqueza, el
Santo Evangelio de
Dios, recuerda a cada quien que se le dará conforme sus
obras.
Y la última parte
de la parábola dice: “Y compra aquel
campo”, ¿qué es lo que vamos a comprar?, lo que dice Proverbios 23:23 “Compra la
verdad y no la vendas”. La sabiduría, la enseñanza y la inteligencia
es lo que vamos a comprar, pero como dice Isaías 55:1 “A todos los sedientos:
venid a las aguas, y los que no tienen dinero, comprar y comed, venid y comprad
sin dinero y sin precio”.
Lo que es de Dios no se compra, tú no debes pagar cada sermón que escuches, no, no es con dinero con lo que vas a conseguir la virtud de Dios, hubo un hombre que así pensó, dice el libro de Hechos 8:18- 20 “Y como vio Simón, que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero diciendo: Dadme también a mí esta potestad. Entonces Pedro le dijo: tu dinero perezca contigo, que piensas que el don de Dios se gana por dinero”; Ahora por mi parte NO pagar conciertos para ir a alabar a Dios umm analizalo tú.
Tú debes comprar
el don de Dios con arrepentimiento,
con tu conversión,
tu sacrificio, con tu abnegación,
hazlo así querido amigo y hermanoo y serás rico en Dios.
!!!Demos
Gracias al Padre por su Palabra¡¡¡
De mi parte
Dios les bendiga grandemente y El Todopoderoso
les de Su Santo Espiritu y les conceda la Paz
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